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DANS L'EXILIANCE

ARIANA DANIELE

«Une langue dans laquelle les choses muettes parlent, et dans laquelle peut-être je me justifierai un jour dans ma tombe devant un juge inconnu»

Hugo von Hofmannsthal

 

«En toutes langues font silence les morts contre moi pressés.»

Ingeborg Bachmann

 

Hablar una lengua propia es volverse extranjero. La lengua es pozo de un barro que nunca se limpia. Quiero limpiarme de esta lengua incomprensible de haberme vuelto yo misma. Siempre estoy enmudeciendo y perdiendo el habla. Más escribo cuando me invade la pobreza, recién ahí palpo un resto de alimento y saco algo vivo de mi boca. Es grito lo que gravita desde la infancia. No hay verbo capaz de cerrar lo abierto.

Toda voz es del pasado. La voz no tiene presente. Acuno una voz que me vive adentro. Mi voz escribe en el silencio y escribiendo se desgarra. La voz que escribo sobre el papel habla con el mundo. ¿Quién puede, en verdad, oír en este mundo?

Sobre la ambivalencia de las lenguas hago pie sobre la tierra. Tanteo el vacío, pero no encuentro no encuentro cuchillo que pueda cortar entre sueño y vigilia.

La verdad primera de la historia es que nadie puede irse. Partir es un verbo falso. Es sin testigos la inmensidad de un paisaje. ¿A quién hablarle de esta palabra-cuerpo? Matarían de una misma bala, la palabra, el cuerpo, la persona. El pacto es que no haya distancia.

Escribir es nacer exiliada. Es ser parida en el borde y dar a luz a una madre.

Arriba es doloroso, abajo es inválido. El tiempo es música que se toca en la caverna. Nadie penetra la gruta, pero todos oyen el murmullo del agua azotando la piedra. Siempre hay un más allá donde una mujer reside, sola. Elegida para cruzar la arena. Y como toda elegida privada de voz que pueda oírse.

Debo aprender sobre la materia. Debe aprender sobre la materia. Pero ambas se niegan a ese aprendizaje. No se tiene una verdadera edad para cruzar el desierto. Sólo se sabe que algo va gestándose en cada sentido y se posa como animal terrestre. Se teme que la criatura se haga demasiado grande y ya no se pueda dominar.

Pronuncio Raíz. Pronuncio origen. Pronuncio matriz. Pero mi boca ignora todo signo punzante. Ya casi no soy capaz de contener a la criatura. Ya es demasiada luz para mutilar un deseo. Pulida hasta casi abrillantada por la muerte, sólo quiero hacer silencio donde ya no se oye ruido.

La criatura se posa en el centro del cuerpo despiadadamente y corre como si estuviera en el centro de la tierra. Pronuncio mi nombre en la oscuridad. Ahora sé que vendrá la noche. Pero a ese aprendizaje no le temo.

¿No hay verdadera lengua para desterrar un secreto?

* «Dans l’exiliance»: Término tomado del libro La condition de l´exilé de Alexis Nouss.

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Ariana Daniele, 17 de enero de 1990, Rufino, Argentina. Mi padre eligió mi nombre desconociendo el mito. Mi madre se casó de negro desconociendo el símbolo. Vengo de la poesía. Escribo desde que tengo consciencia de existir. Creo que hay dos clases de ignorancia.  La que se lleva con vergüenza y la que no. Yo poseo la segunda: he conocido la literatura demasiado tarde. De los libros extraigo la esencia, cuando la hay. Debería haber más palabras creadas dentro del corazón. Es por ello que busco un libro inolvidable.

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