
¿No habría que hacer algo aquí, quizás, ya, para evitar algo totalmente distinto, para evitar tener que hacer algo distinto? ¿Aquí, ahora, de inmediato? ¿Simplemente para poder hacer algo distinto, algo que no estuviera necesariamente en relación directa con ese algo distinto que debería hacerse aquí, ahora, ya, en verdad, si quisiéramos ser justos? ¿Y que debiera haberse hecho hace ya mucho tiempo, en verdad, o al menos ayer, o algo por el estilo? Simplemente me gustaría poder hacer algo aquí ahora ya. Algo útil, que sirva de algo, de ser posible, inmediatamente útil, que tenga un impacto, directamente positivo de ser posible, o negativo de hecho, en algo, en la vida.
Un impacto directo y lo más inmediato posible para poder decir que no estamos perdiendo el tiempo, y para poder decir algo sobre todo, para no tener que decirse, cuando, si es que, nunca se sabe, cuando haya alguien, en un momento dado, por casualidad, alguien preguntara o alguien pregunte, realmente, lo que se acaba de hacer o lo que se está haciendo o lo que se trama en este momento, en los tiempos que corren, y de qué está hecha nuestra vida, cual es el material bruto, en cierto modo, que alimenta nuestra vida en este momento y de lo que se puede hablar si queremos responder a la pregunta CÓMO VA LA COSA, o cuál es el contenido de nuestra vida en el momento preciso en que la pregunta se plantea. O si no,
con respecto a los últimos días, incluso, quizás, o a los últimos meses, incluso, o, depende desde hace cuanto tiempo que no se había visto a la persona que plantee o planteará, realmente, muy próximamente, esta pregunta.
Simplemente para poder afirmar algo en particular, y para poder decir algo porque con una jeta así nadie creería que, quizás, uno no tenga nada, eventualmente, incluso, o peor aún, que no uno no tenga absolutamente nada que decir, realmente, y entonces, nada que responder, nada que replicar, a esta pregunta que, en verdad, no sería acaso, o, realmente es, incluso, un tipo de AGRESIÓN de hecho. Una especie de intrusión, en todo caso, un intento de deslizarse de manera casi desapercibida en la vida de otro, en la vida de alguien, incluso, a quien no se conoce, incluso, quizás, y que no tiene, quizás, ni siquiera ganas de socializar y que preferiría que se le deje en paz, y aún así, a pesar de todo, y contra toda apariencia, preguntaríamos nosotros también, posiblemente, ¿cómo va la cosa, y qué pasa en esta vida que, con toda probabilidad, parece ser la tuya? ¿Pero lo es acaso, en verdad? ¿Y qué es lo que haces con ella ? ¿Qué es lo que podrías hacer con ella ? ¿Qué es lo que tramas de hecho, globalmente? ¿Qué es lo que sacas de ella? ¿Te aporta algo?
¿Y la digestión, también funciona como es debido? ¿Todo está en buenas condiciones y en orden como es debido? ¿O no habría algo anormal, quizás, algo que debería saberse y que todo el mundo tendría derecho a saber, pero que habría sido escondido, y más encima, a propósito, que habría sido escondido y disimulado por ti, voluntariamente, delante de todo el mundo, sin que nadie lo sospeche, y sobre todo sin aviso, sin que se tenga siquiera la suerte de recibir aviso, antes que algo más, aún más grave, pueda suceder e incluso suceda, muy posiblemente, y posiblemente muy rápido, además, de inmediato, con un impacto directo, sobre todo el mundo, sin posibilidad de prepararse, y sin haber recibido aviso? Puesto que no hubo respuesta a nuestra pregunta. A la pregunta QUE CÓMO IBA LA COSA y que cómo andaba la vida, y que si andaba bien o grave o difícil, y que cómo iba la digestión, que si todo funcionaba bien, etcétera. ¡Porque no hubo respuesta a todo aquello! O como mucho una respuesta muy insuficiente, o completamente engañosa, además, a propósito, y la mentira era tan buena que jamás se la vio venir, jamás se la sintió pesar, ante nosotros, así, en el salón, en el camino, en la calle, en el pasillo, ante nosotros, ante nuestros ojos, a nuestros pies, a nuestras espaldas.
No se la vio venir y es por eso que el resultado, al final, fue tanto más terrible. El impacto tanto más fuerte, tanto más devastador. ¡Y a fin de cuentas completamente insoportable!
Nada que decir, listo, no había nada que decir o precisamente mucho que decir y nada, absolutamente nada se había dicho, nada de nada. Nada se había dicho, o en todo caso, no lo que se debería haberse dicho, y es por esta razón que el impacto era tanto más grave, tanto más terrible y tanto más destructor. Ninguna respuesta, o una respuesta falsa, una respuesta de cartón, para una pregunta de cartón, de hecho, y es ahí que ocurre, o precisamente que no ocurre.
Es exactamente por ello que conseguimos evitar todo lo que debería ocurrirnos y es exactamente por esa razón. ¡Porque no hay nada que decir o porque mentimos o porque decimos cualquier cosa, que todos seremos colectivamente salvados! Solo mediante la respuesta falsa. Solo mediante una respuesta completamente hueca. Hay que hacerlo, simplemente habría que. Hacerlo eso sí, completamente vacío, vaciado, hueco, tendríamos que ser capaces. Una mentira en el estado más puro que se pueda imaginar. Y precisamente, que debería permanecer imaginable y no inimaginable.
Sería imposible anticiparla, sería imposible imaginarla de antemano, simplemente hace falta que ocurra, de otra forma no sería posible, no existiría solución previa, ha de hacerse. No hay existencia antes del acto. No sería pensable pero sería algo que se nos aparecería plenamente bajo la forma de un acontecimiento, algo completamente transmitido por su apariencia en el mundo mismo. O sin transmisión, precisamente, sería directo, es decir, un efecto inmediato y preciso, es decir, el fulgor de una apariencia no premeditada, y sería perfecto.